El rapero Kanye West ha utilizado su último sermón para lanzar una emotiva y entusiasta defensa de su matrimonio con Kim Kardashian, quien inició los trámites del divorcio el pasado mes de febrero, y para compartir públicamente su convencimiento de que el mismísimo Dios quiere ver a la expareja reunida de nuevo en el marco de su anterior vida familiar.

El astro de la música, quien cambió legalmente su nombre hace unas semanas y ahora se da a conocer como ‘Ye’, no ha dudado en recurrir a la fe y a su particular interpretación de la palabra del altísimo para dejar patente que no dar por terminada su historia de amor con la estrella televisiva, aunque esta haya rehecho aparentemente su vida sentimental con el actor y cómico Pete Davidson.

«La narrativa que Dios quiere ver es que todos podamos redimirnos con estas relaciones», ha explicado el intérprete en medio de su discurso, pronunciado durante el acto de Acción de Gracias organizado por la parroquia Mission de Los Ángeles. Además de exponer los supuestos deseos del creador, Kanye ha hecho autocrítica para reconocer que ha cometido «muchos errores» en el marco de su dinámica diaria con la celebridad, fallos que pretende subsanar si su todavía esposa le da una segunda oportunidad.

«Necesito volver a casa y estar con mis hijos», ha añadido en una de las partes más conmovedoras de su alocución, para explicar a continuación que dispone de una vivienda justo al lado de la que compartía con Kim para que su relación diaria con sus retoños, North, Saint, Chicago y Psalm, no se vea demasiado afectada por la separación. A la hora de convencer a la empresaria sobre las bondades de la reconciliación, Kanye se ha comprometido a hacer «todo lo posible» para solventar sus problemas y a expresarse de forma «relajada y saludable».