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viernes, abril 19, 2024
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¿Qué puede aportar Chile al debate minero en Panamá?

Antofagasta es la capital minera de Chile, área de gran riqueza cuprífera donde se desarrolla un importante ecosistema emprendedor ligada a esta industria. Actualmente, esta región contribuye con más de la mitad de su Producto Interno Bruto con un 51,9%, según el informe “Cifras actualizadas de la minería”, elaborado por el Consejo Minero a partir de información brindada por instituciones como el Banco Central de Chile, Cochilco, INE, entre otras (2020).

Este tipo de antecedentes son la raíz para la creación de un universo de soluciones que van en directo beneficio no solo de la actividad minera, sino también en la calidad de vida de sus habitantes. Existe un gran interés en vincular el crecimiento de la gran minería con el desarrollo de las comunidades con las que se relaciona esta actividad, procurando crear estrategias sustentables para las actuales y futuras generaciones.

Como respuesta a esa necesidad, surgen asociaciones gremiales que velan por el desarrollo inclusivo de la actividad minera. Tal es el caso de la Corporación Clúster Minero de la región de Antofagasta. Creada en noviembre de 2019, esta institución, sin fines de lucro y principal núcleo organizacional de la región en el ámbito minero, es líder en el trabajo enfocado hacia una minería regional virtuosa en lo económico, social y ambiental. Junto a la Asociación de Industriales de Antofagasta han trabajado en fortalecer la capacitación del capital humano de esta región minera, potenciando a proveedores regionales influyentes en la actividad productiva.

«Vemos como principal desafío regional la consolidación de nuestra región como un Polo de Desarrollo Tecnológico que impulse la innovación y el emprendimiento, de la mano con un marcado Valor Social para con las comunidades. Es desde ahí que impulsamos y profundizamos dos importantes líneas de trabajo, que tienen relación con potenciar el desarrollo de proveedores regionales y con ello la contratación de empresas regionales y mano de obra local”, argumentó Aurora Williams, gerente de la Corporación Clúster Minero Región de Antofagasta.

Todo este contexto ha generado un ecosistema natural de emprendimientos disruptivos, permitiendo el desarrollo de una red de proveedores de clase mundial que aportan y desarrollan soluciones innovadoras y sustentables, lideradas por empresas con base en la región de Antofagasta.

“La región de Antofagasta es reconocida por su diversa oferta de productos y servicios que destacan por su competitividad y abarcan el proceso minero completo, desde la fase de exploración de un proyecto hasta el cierre de sus faenas. Es decir, contamos con profesionales altamente calificados y reconocidos por adaptarse a las exigencias de los diversos mercados internacionales”, destacó la Directora Regional de ProChile en Antofagasta, Marcia Rojas.

Un ejemplo de ello es la start up Work Mining. Empresa dedicada a la investigación, ciencia, innovación, tecnología e ingeniería. Estos últimos 4 años se ha dedicado a resolver desafíos de orden minero, implementando un nuevo diseño de sistema de conexión de traspaso de mineral y en el sector energético con el desarrollo del primer ánodo en Latinoamérica para producción de hidrógeno verde utilizando agua de mar.

“Hemos logrado entrar a la gran minería chilena como un caso de éxito y hoy nos apoyan con la internacionalización de nuestro sistema para el chute de traspaso, lo cual vino a ser una herramienta muy importante para integrar el ecosistema de emprendimiento regional y posicionar a nuestra región como líderes en innovación de Chile para el mundo. Hemos sido beneficiados por ProChile y hoy contamos con requerimientos formales de distintos países”, afirmó Mario Terraza, gerente general y fundador de Work Mining.

Actualmente cuentan con un producto de uso multisectorial llamado ‘Magic Eye’, se trata del primer escáner láser 3D patentado que permite el monitoreo interno de largas extensiones, sin recurrir a la detención de planta. “No es invasivo, no requiere energía externa, sino que solo para la obtención, almacenamiento y entrega de datos, ya que se mueve con los fluidos que lo transportan sin importar si los ductos se encuentran o no bajo superficies”, explicó Mario.

Cursando el mismo camino de la innovación, el año 2016 nace Nanoprocess y con ello la primera planta dedicada a la producción de nanopartículas de cobre, con tecnología 100% chilena. La iniciativa fue de G Process, empresa que busca optimizar los procesos mineros creando el aditivo DXG-F7, que mejora la calidad física y química de cátodos de cobre, marcando una pauta de cambio en las principales mineras de cobre a nivel mundial.

En el contexto de emergencia sanitaria que comenzó el 2020, la nanopartícula creada por G Process generó valor agregado al cobre chileno, creando el limpiador desinfectante RC-71. “Nosotros vendemos el aditivo que hace que se obtengan cátodos de mejor calidad, luego compramos esos cátodos y los transformamos en nanopartículas para elaborar el RC-71. Finalmente tenemos una triangulación de nuestros productos y participamos en todos sus procesos de una u otra manera”, explicó Liset Gómez, CEO de G Process.

Compromiso con el medio ambiente

Por otro lado, la producción del cobre como protagonista en la región de Antofagasta, ha evidenciado los riesgos de contaminación que se pueden derivar de esta actividad económica, sin embargo, esta experiencia ha colaborado en el proceso de transformación para generar alternativas innovadoras que aborden el manejo y cuidado del medioambiente, con el objetivo de caminar hacia una minería verde, velando por el cumplimiento de las normas exhaustivas en materia medioambiental.

Con este objetivo nace la empresa Piedras Juntas, quienes ya cumplen más de 23 años trabajando en las áreas de salud, comunidad, seguridad y medioambiente para la minería. Actualmente en una alianza con QuimEco, han desarrollado un supresor de polvo de origen orgánico y 100% biodegradable que ahorra hasta un 98% de agua en el proceso de riego de caminos y el mismo porcentaje mitiga la polución del PM 10 y PM 2,5.

Para mitigar las emisiones de material particulado y emplear un manejo adecuado del recurso hídrico, “trabajamos con polímeros de origen orgánico y en base a una economía circular, ya que son residuos de algas que deja la industria cosmética y alimenticia. Son productos que no solamente vienen a solucionar problemáticas de la minería y agricultura, si no que especialmente en el cuidado del medioambiente”, explicó Óscar Ubillo, director de nuevos negocios para América de la empresa Piedras Juntas y QuimEco.

“Por eso que nuestro eslogan es conciencia ambiental, donde hacemos este juego de palabras en que trabajamos con la ciencia, pero también tenemos que ser conscientes con el cuidado del medio ambiente y llegar a más países donde existe esta problemática”, agregó Ubillo.

Por lo tanto, en la medida que tengamos proveedores locales desarrollados y economías locales potenciadas, podemos avanzar en uno de los grandes desafíos que tiene la industria, “fortalecer su valor social para que las comunidades accedan a mayores beneficios que entrega la minería. De esta forma se potencia la licencia social para operar, clave para habilitar las futuras inversiones que tiene el país al 2030, que suman alrededor de 25 mil millones de dólares en proyectos mineros e industriales para la zona”, declaró el profesor universitario Yuri Rojo, asesor territorial de minería y ex ejecutivo del sector.

“Es junto con los proveedores y la empleabilidad regional que debemos transitar en un mediano y corto plazo hacia los desafíos contemporáneos: una minería verde eficiente en el uso del agua y la energía, la consolidación del uso de las energías renovables y la descarbonización de nuestra matriz productiva. Los territorios y su encadenamiento productivo deben estar en la médula de este proceso”, agregó Aurora Williams, gerente de la Corporación Clúster Minero Región de Antofagasta

Estos son algunos ejemplos de cómo Chile, en especial desde su región minera, impulsa la la innovación para el desarrollo de nuevas tecnologías. Panamá tiene la oportunidad de impulsar un crecimiento similar para potenciar su sector minero e industrial, con nuevos sectores productivos y un crecimiento sustentable que aumente el valor de sus recursos naturales.

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