Conmemoramos en este mes el Día Internacional del Síndrome de Asperger, llamado así por el psiquiatra austriaco que describió el cuadro clínico hoy conocido.  “Este diagnóstico se realizaba a los pacientes con características clínicas propias de Trastorno del Espectro Autista (TEA) que lograban un alto funcionamiento general. Presentan síntomas compatibles con el TEA, mostrando menores dificultades en lenguaje, comunicación e interacción social, pocas o nulas conductas estereotipadas y resulta llamativo un nivel intelectual promedio o superior”, nos indica la Doctora Marion Alleyne, Neuróloga del Hospital Paitilla.

Hablando de TEA, el término «espectro autista» o “trastorno del espectro autista” es una frase que escuchamos con frecuencia y se refiere a la medición de diferentes factores como alteraciones determinadas en el lenguaje y comunicación, interacción social e intereses y conductas restringidas, las dificultades generales entre un individuo y otro son diferentes, así como su funcionamiento general y necesidades.  Por tanto, se ubican en distintos niveles o posiciones del espectro.  Esta clasificación permite dirigir de forma adecuada los apoyos terapéuticos, escolares, extracurriculares, etc.

El diagnóstico es clínico, es decir se realiza a través de la identificación de las características de TEA. Se cuentan con escalas estandarizadas de evaluación, para apoyo de la sospecha diagnóstica.  Sin embargo, puede ser difícil de diagnosticar, dado que las dificultades generales de estos pacientes pueden ser muy leves, y dado que su funcionamiento general ha de ser muy bueno, sobre todo en la esfera de comunicación y aprendizaje. 

Con respecto a sus orígenes, se ha determinado que existen genes asociados a TEA, que pueden detectarse a través de Test Genéticos. Pero, por otro lado, puede ocurrir por causas múltiples, algunas no determinadas aún.  Se ha hablado de influencias múltiples dietarias, flora gastrointestinal, metales, etc., sin embargo, no son estudios concluyentes aplicables a todos los casos de TEA. Es la razón por la que no se recomiendan dietas de restricción como medidas generales.

Los tratamientos son múltiples y se aplican de forma combinada dependiendo del caso y van desde terapias multidisciplinarias como lenguaje, ocupacional, sensorial, física de ser necesaria, apoyo psicológico para manejo conductual y apoyo de padres y cuidadores.

El pronóstico general en el tiempo es el progreso hacia la funcionalidad, independencia e integración social. Que depende del nivel de afección del TEA en la fase inicial, y la exposición a esquema de terapias múltiples.